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dissabte, 27 de setembre del 2008

San Sebastián se rinde al carisma y a la simpatía de Meryl Streep


Exclamaciones, besos al aire, ovaciones, piropos, aplausos y eufóricos gritos acompañaron el caminar de Meryl Streep por la alfombra fucsia del festival de San Sebastián. La entrega del Premio Donostia, de manos de Jonathan Demme y Eduardo Noriega, tuvo lugar ayer, pasadas las diez de la noche, en un llenísimo Kursaal puesto en pie.

Expresiva, con gestos cómplices, la actriz saludaba y sonreía totalmente entregada. Vino porque quiso, sin la presión de promocionar una película. Vino a disfrutar, y eso se notaba.Cuatro horas antes, las risas y los elogios de los periodistas marcaron el tono desenfadado de la conferencia de prensa, la más amena del certamen. Pero la vertiente cómica de la actriz no eclipsó la profundidad de sus respuestas. "Los actores somos traductores de vidas que no hemos experimentado, recopilamos vivencias para devolverlas al mundo", dijo sobre una profesión que para ella comunica cosas importantes. "Cuando comencé quería lucir, ahora creo paz, establezco vínculos". "Tengo cuatro hijos. Nunca he podido dedicarme a producir. Soy como la chica que espera que le saquen a bailar".




MUJERES EN EL CINE


Cuando lee un guión, solo se plantea el valor de la pieza. "No tomo decisiones estratégicas para avanzar. Solo me pregunto: ¿Merece la pena que haga esto?". A su parecer, cada mujer tiene secretos y tristezas: "Por suerte hoy hay más señoras trabajando en la financiación dispuestas a levantar proyectos que jamás habrían visto la luz".Streep habló con cariño de Demme, con quien rodó El mensajero del miedo (2004); de Vanessa Redgrave, con quien comenzó en Julia; de Bette Davies, que la nombró su sucesora, y de Sydney Pollack, que la encumbró con Memorias de África (1985). También tuvo palabras para su querido Robert de Niro, a quien imitó bordando su acento. La prensa se partía oyéndola pronunciar con voz grave: "Me dijo: 'Tienes que ir a San Sebastián. La gente es encantadora. Saben cómo tratarte. Voy siempre que puedo". Su posición política la dejo clara: "Si gana McCain, buscaré piso en Donosti. Y si el elegido es Obama, mis cantos cruzarán el Atlántico".